Encontrar la manera de salir de la corriente

Escrito por Antwon R. Martin

Una foto de dos mujeres mirando a la cámara. Una mujer mayor está delante de una mujer más joven.¿Te has visto alguna vez atrapado en una marea? Intentas nadar hacia la orilla, pero te arrastran hacia aguas más profundas. La única forma de escapar es nadar en otra dirección. Tienes que saber que estás atrapado - reconocer el patrón - para liberarte.

Alana nació en medio de una marea. El abuso y la violencia eran las corrientes invisibles que controlaban a su familia. Los abusos físicos y emocionales eran la norma, no la excepción. De niña, Alana sufrió repetidos abusos sexuales por parte de su padrastro. ¿Te imaginas lo difícil que debió ser?

¿Haber sido tan malherido por alguien que se suponía que te amaba y te mantenía a salvo?

Cuando era adolescente, Alana se escapó, pero seguía sujeta a esas fuerzas invisibles. Tardó años en reconocer el patrón y cambiar de dirección.

Siendo una adolescente vulnerable y sola en las calles, Alana cayó en las garras de una red que traficaba con ella para obtener sexo. Fue una época oscura y aterradora. Necesitó toda la garra, la suerte y la determinación que tenía para escapar.

Nos gustaría poder decirte que, una vez que Alana escapó de sus traficantes, dejó de sufrir. Pero cuando todas las relaciones que has tenido han sido abusivas, eso es lo único que sabes. Alana aún no podía ver la corriente en la que estaba atrapada.

Llegó a nuestro Albergue de Emergencia después de que su último novio la arrojara de un coche en marcha.
E hizo algo que nunca había hecho: hablar con una consejera, Beth.

Le contó a Beth el dolor de su infancia y adolescencia, algo de lo que Alana nunca había hablado. Beth ayudó a Alana a reconocer los patrones de abuso y violencia que la habían atrapado. Alana empezó a nadar en una dirección diferente.

El cambio a largo plazo no se produjo de la noche a la mañana. Nunca lo hace. Pero su apoyo en el pasado ayudó a Alana a liberarse de las poderosas corrientes que la habían controlado. Y tuvo a una consejera capacitada para apoyarla. Eso permitió que se formara una hermosa conexión entre Alana y Beth, para que Alana pudiera empezar a sanar.

Hoy en día, está prosperando y trabajando como sous chef en un restaurante local. Por fin está construyendo su vida sobre una base estable, en la que la violencia y los abusos no tienen cabida.

Por desgracia, Alana es una de las miles de personas de nuestra comunidad que están atrapadas en un ciclo letal de abusos. Hay demasiados como ella que viven cada día con miedo y trauma. Llaman y envían mensajes de texto a nuestra línea SAFE, llenan nuestros refugios, se desbordan en las listas de espera para recibir asesoramiento. Siguen necesitando ayuda.

Su apoyo puede marcar la diferencia. Desde ahora y hasta el final del año, cada dólar que dones se duplica gracias a la contribución de la Fundación Micheal y Susan Dell. Así, tus donaciones se duplican para ayudar a supervivientes como Alana a escapar de la violencia para siempre.